Las profundas cavernas naturales son el último reducto de vida, el único lugar donde se puede sobrevivir a las radiaciones solares, que queman la superficie del planeta. De sus lagos subterráneos se obtiene el agua que aún queda y, en sus simas abiertas al cielo, la luz permite la fotosíntesis de la escasa vida vegetal que, a su vez, mantiene la precaria cadena alimenticia.
Sin embargo, durante un corto período del ciclo solar, extrañas nubes de gases cubren el cielo, como si de una multicolor y densa aurora boreal se tratase, y violentos fenómenos eléctricos tienen lugar. Entonces, las pocas tribus de bípedos que han logrado adaptarse a la extrema climatología, salen de sus cuevas y comienzan una masiva peregrinación hacia El Santuario.
El lugar se halla en un valle, hace siglos cubierto de inmensas construcciones donde los humanos habitaban. En medio de todas ellas y en una zona despejada, se eleva el Tótem, altivo, desafiante, muy por encima del resto de estructuras. Un enorme cilindro de varios metros de diámetro que se engrosa en su parte superior, en un cúmulo de nódulos informes que sobresalen a varias alturas, por encima de lo que parece una gran rueda que lo circunde, como si fuera una cabeza gigante con múltiples orejas que escuchasen el silencio del infinito.
Los miles de seres que van llegando de todas partes ocupan el espacio alrededor del tótem, mientras rutilantes rayos quiebran el cielo multicolor. Un murmullo comienza a extenderse entre los cuerpos prosternados. Voces de un antiguo lenguaje que se elevan poco a poco en un cántico monótono, junto a brazos que alaban la imperturbable presencia del tótem.
—¡Mu gra paos ero!... ¡Mu gra paos ero!... ¡Mu gra paos ero!
Voces que piden una señal de que vale la pena seguir penando en un mundo inhóspito, de que vale la pena seguir manteniendo ancestrales costumbres que perpetúen la raza, en la esperanza de que aquellos que se fueron, algún día vuelvan a por los que se quedaron, tal como cuentan los mitos, las leyendas de un pasado borroso.
Y cuentan los viejos que alguna vez ocurrió el milagro, y el tótem se pronunció, cuando el cielo restalló su látigo de luz sobre la cabeza del ídolo. Y la palabra se hizo vida mostrando el camino, fijando la oración que ahora se transforma en clamor compitiendo con el ronco bramido celeste.
—¡Mu gra paos ero!... ¡Mu gra paos ero!... ¡Mu gra paos ero!
De repente, ocurre algo que sólo el azar permite en contadas ocasiones. Algo que algunas de las generaciones allí presentes, ve por primera vez. Una de las ráfagas eléctricas que arañan el cielo, impacta en la cúspide del tótem, provocando una lluvia de chispas y sonidos metálicos. Entonces, el aire se transforma, cargado de una energía desconocida. Del monolito surgen sonidos ininteligibles e imágenes fantasmales se proyectan en el fondo gris. Nadie comprende el lenguaje del tótem, nadie ha visto nunca a los extraños seres que, de repente, cobran vida ante ellos. Pero los sabios dicen que los dioses les hablan y, que en sus palabras, se revela la promesa de salvación. Solo tienen que rezar y… esperar.
Bzzz… Bzzz
«Activado mo… do de re… producción auto…máti… ca»
Bzzz… Bzzz
…
—¡Hola, chimichurris!… Hoy tengo una sorpresita especial para todos vosotros… ¡Síiiii!
«Hoy presenta en la city su nuevo trabajo… ¿A que no sabéis quién?... ¡Síiiii!
«I’m very happy, chimichurris … ¡Síiii!
«¡Ooohhh… Síiii!
«¡Está aquí, a mi vera, verita vera…! ¡Hola Justin! ¡Welcome to Madrid! A ver, dinos algo en español para tus fans de la piel de toro… ¡Síiii…! Please, tell us something in spanish for your fans in «Piel de toro»
—¡Oh, sure!… Muchasss graciasss España. ¡Os quiero!
Bzzz… Bzzz
«Mo… do de re… pro... auto…mát… ca…»
—¡ Muchasss graciasss España. ¡Os quiero!
…
—¡ Much… grac… Espa… ¡Os… iero!
…
—¡ Mu… gra… pa… ¡Os… ero!
Jajaja Isidoro y yo intentando descifrar ese enigmático mensaje del totem y resulta que aparece Justin, ¿enviado de los dioses? Me has hecho reír.
ResponderEliminarSaludos y feliz semana
Muchas gracias, Conxita
EliminarMe alegro haberte hecho reir, ya sabes, nada es lo que parece, ja ja. Feliz semana para tí también
Besos
Siento no haber contestado todavía vuestros comentarios. Llevo descolgado de esto varias semanas por cuestiones de trabajo y sin acceso a internet la mayor parte del tiempo... Menos mal que tenía algunos relatos ya programados en blogger, como éste, que salen solitos, je je.Pero quiero deciros que en breve estaré otra vez por aquí y, por supuesto, por vuestros blogs, poniéme al día. Porque lo echo de menos.Muchas gracias a todos los que me leéis y a todos los que me regaláis vuestras cálidas letras en comentarios que, la verdad, me suben la moral pero mucho. Tengo varias cosas pendientes con cada uno de vosotros. Y volveré para resolverlas. Bruno, dame otra oportunidad antes de hablarle de mí a Diego Leal
ResponderEliminarPero qué bueno, Isidoro. Ya me estaba preparando para un relato apocalíptico y salen los Cuarenta principales. Ja, ja, ja. Un abrazo y mis felicitaciones
ResponderEliminarHola Ana. Muchas gracias, como siempre, por tu fidelidad. Este relatillo no deja de ser una ironía sobre esos ídolos que el ser humano crea, incluso por pura supervivencia y, que... algunas veces, no tienen la consistencia que nosotros pensamos, je
EliminarUn beso enorme, compañera
Muy bueno , como dices nada es lo que parece, mira que irte por la tangente, un abrazo
ResponderEliminarHola Mamen
EliminarAsí, es, ya lo he dicho muchas veces, incluso comentando alguno de tus relatos cortos. Las apariencias engañannnn, no hay que fiarse. Bueno, la verdad es que, estos pobres no tenían mucha opción... Era lo único que les quedaba
Un beso muy grande, Mamen
Sorprendente giro el de tu micro, Isidoro, que haya sobrevivido, junto a esa raza de cavernícolas un destello de Justin... podía haber quedado algo de google, jaja. Muy bueno e imprevisible tu relato.
ResponderEliminarEspero que regreses pronto. Ánimo, y muuuuchos besos.
Pues aquí estoy, amiga Manoli, dispuesto a retomar el camino, como te dije en otro comentario. Por cierto, veo que en tu foto de perfil (sí, soy un cotilla), estas leyendo "Relatos con banda sonora"... y lo sé porque leí lo que sobre ello publicó David, y por eso sé que tú también has participado en el proyecto. Os lo pasasteis en grande, ja, ja. Enhorabuena, Manoli. David me contagió de su entusiasmo leyendo su crónica del día, ja, ja.
EliminarEn cuanto a mi relato, me alegro que te haya gustado. La verdad, no me decidía a quien incluir en el estrellato, con tanto divo y diva sueltos, ja, jaa
Muchos besos compi
Qué triste presagio, amigo Isidoro. Aunque no sé si sería peor que saliera la Esteban o cualquier otro programa de Telecinco. Leyéndote comprendo lo ridículo que debemos mostrarnos a ojos extraños, y ya no digo a seres de otros planetas o dioses, sino a aquellos que se mueren de hambre en África o son atacados por un puñado de dólares. En fin...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, compañero.
Tú lo has dicho, amigo Bruno. Triste, triste... Y bueno, cualquier personaje del elenco que tiene nuestra televisión hubiese valido, pero yo picaba alto, ja, ja. Me gusta la observación que haces sobre lo ridículos que podemos parecer a ojos extraños. El relato habla de seres oscuros (no se sabe si humanos o no), pero no andas desencaminado cuando dices que los ejemplos no andan tan lejos, no geográfica ni cronológicamente. Y una observación mía: en el relato hablo de que a esos seres los abandonaron, que "no volvieron a por ellos" ¿Quién los abandonó? Quizás un grupo de engreídos mortales, viendo próximo el fin de la vida en su planeta, huyó buscando nuevos horizontes y dejando, como siempre, que aquellos que no tenían los mismos recursos, se pudriesen en el fango... No sé, ahí lo dejo. Eso sí, siempre habrá un dios al que aferrarse.
EliminarUn fuerte abrazo amigo. En cuanto pueda me voy a leerte
¡Vaya mensajito! Me imaginaba algo más místico, ja, ja, ja. ¡Cómo nos has engañado a tus lectores! Ja, ja, ja. ¡Un abrazote, amigo!
ResponderEliminarYa sabes que muchas veces, lo místico resulta criptográfico y, una cosa es el origen de algo y otra la interpretación que se hace al desconocer el contexto y las pautas de creación. No es algo ajeno a nuestra propia historia, ja ja
EliminarMe alegro de haberte sorprendido, Noemí. Un abrazo enorme
La decadencia de una civilización y de una raza llevada a su máximo extremo, lo que ha quedado de su legado, aparte de las ruinas que toda civilización deja atrás, es... ¡el recuerdo de Justin Biber! fatal destino el que nos reservas en este cuento, Isidoro, es difícil imaginar final más cruel jeje. Bromas aparte, la ambientación es magnífica y los paisajes desolados que nos describes se pueden ver durante la lectura. Nada hace presagiar ese giro final con toque humorístico que nos has reservado. Genial la introducción de la frase entrecortada, cuyo enigma acompaña al lector desde que se pronuncia. Relato breve pero efectivo. Un saludo.
ResponderEliminarExacto Jorge. Hay dos aspectos marcados en este relato. La desolación, el abandono, el final de una civilización y el principio de otra, que busca su testigo, su origen y a la vez, su esperanza. Y otro, la ironía de la comunicación, lo inútil que resulta un mensaje cuando no se conoce el código y lo fácil que es la distorsión... Un pequeño "drama humorístico de ciencia ficción" con un claro mensaje... Bueno, no tan claro
EliminarUn fuerte abrazo, compañero
Bueno, bueno, bueno... Magnífico relato, Isidoro. Tanto en su vertiente "serie" mostrando ese futuro apocalíptico en el que otras especies ocupan la Tierra como en la vertiente divertida en la que descubrimos el origen del mensaje. Triste legado dejamos al futuro! Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias David
EliminarEn realidad, esa nueva especie no lo es tal. Se trata del mismo homo sapiens degradado en su final volviendo al origen, al haber degradado a su vez al planeta que le dio la vida, dejando los patéticos restos de su ridiculez y los de su propia raza abandonada. Ya lo hemos dicho otras veces, la CiFi no es más que una tendencia, ja ja
Por cierto, David, aprovecho: enhorabuena por tu participación en ese proyecto, Relatos con banda sonora... Leí tu crónica del día, y me contagiaste el entusiasmo, os lo pasásteis en grande. Me alegro un montón. Un fuerte abrazo
Jajaja, me ha encantado y me he reído mucho con el final Isidoro. Vaya huella que acaba dejando la humanidad, madre mía, sin duda un futuro atroz. Me ha parecido muy divertido, de verdad. Un abrazo! ; )
ResponderEliminarBueno Ramón, ya sabes que la CiFi no es otra cosa que la proyección de nuestros propios temores en el futuro, ja, ja… Y la verdad, tal como vamos, me temo lo peor… Y no me refiero a una catástrofe nuclear ni nada de eso… Solo hay que echar un vistazo a esos “grandes líderes” políticos que tenemos y que han hecho del mundo su máquina de “pin-ball” particular. O el tipo de programas que más audiencia tienen… Bueno, menos mal que nos queda el sentido del humor, ¿verdad?
EliminarUn abrazo compañero
¡Jajaj, genial, justo en la ironía! Qué maldad le haremos a esas generaciones futuras si están destinadas a escuchar por los siglos de los siglos unas palabras de agradecimiento y cariño mutiladas como supuesta salvación. ¡Que no sean de Justin Bieber, por favor! Aunque ya sé de sobra que sería el mismo mal viniendo de cualquier boca; ahora que la ridiculez parece ser premiada (y aparte bien pagada) no es raro que cualquier ridículo con fama se convierta en un mesías. No se me habían antojado tan absurdas y huecas la esperanza y la fe. Los dioses como que son del mismo material que nuestra imaginación y, sin embargo, no sé por qué insistimos en buscarles sitio en la realidad.
ResponderEliminarQué triste que la historia se repita... A ese (y este) paso no saldremos jamás de las cavernas.
¡Un abrazote, Isidoro! ;)
La verdad es que, en mi opinión, nunca hemos salido de las cavernas. Tan solo aprendimos a construirlas. Pero seguimos viviendo en ellas. Me gustan las reflexiones que haces Fritzy, cargadas de sentido común aunque, muy a nuestro pesar, no sean nada halagüeñas. ¿Sabes por qué me acordé de Justin a la hora de poner nombre a mi “Dios” particular? No hace mucho vi en la tele la historia (hay muchas de esas) de un tipo cuya obsesión era parecerse físicamente al cantante y para ello, no reparaba en gastar lo que fuese en todas las operaciones de cirugía estética que hiciesen falta… Mal vamos. Y lo peor, como dices, es que la ridiculez acceda a la fama y que después, esa fama se utilice para vender esperanza. No es muy ético, ¿no? Claro que, a fin de cuentas, “ética” es una palabra que nos hemos inventado nosotros, como felicidad, esperanza, etc. Así que, podemos darle el sentido que nos de la gana. Y por cierto, yo sí creo que “esperanza” y “fe” son huecas. Es como si te vendiesen bolsas vacías (es decir, tienes que pagarlas) y encima de dijesen, “tienes que llenarlas tú”
EliminarEn fin, no quiero ponerme en plan pesimista (y esto lo digo después de haber soltado todas estas perlas, ja, ja) Para el próximo relato, algo menos cáustico, ja, ja… Aunque bueno, depende de cómo tenga el día.
Muchísimas gracias, Fritzy, por compartir tu tiempo y tus reflexiones, siempre interesantísimas. Un fuerte abrazo. En breve me pasaré a leerte ahora que tengo un poco más de tiempo para ponerme al día
Ya era hora, jaja. Pues, lo dicho: nuestra estupidez nos rebasa (qué pena); al menos sirve para reír... ¡Abrazote! ;)
EliminarNo me esperaba para nada el mensaje completo ¡anda queeee...!
ResponderEliminarMe puse a leerte al principio Isidoro en modo preocupado por el futuro de nuestro planeta, pensando que "mèrde" le vamos a dejar (con ayuda de Trump y su anti lucha contra los cambios climáticos) a las próximas generaciones. Claro que mejor el ¡Muchas gracias España os quiero! que aquel otro de ¡Relaxing cup of café con leche in tótem mayor!
Eres gracioso colega.
Habría jurado que dejé mi comentario por aquí hace unos dias... y mira que era de los largos largos jeje
ResponderEliminarBueno, vuelvo en otro momento y te digo Isidoro.
Sí, ahora que lo has dicho he recordado haber visto un comentario tuyo y también me extrañaba no verlo ahora. He buscado y he encontrado éste en los comentarios clasificados como "spam" (no sé, a lo mejor lo he movido yo allí sin querer, cuando administro el blog con el móvil me pasan cosas, ja, ja... creo que tengo que cambiar de aparato pero ya)
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo en lo que comentas. Más vale tomárselo con sentido del humor, ja, ja. Y por cierto que, ya que lo dices, el "momentazo" de la Botella me hubiese venido también que ni pintado para lanzar el mensaje a todos estos pobres seres hambrientos de esperanza. Gran idea. Siento que no se me haya ocurrido a mí, ja, ja...
Bueno, besos Isabel, en cuanto me vaya lanzando (ahora que viene el verano espero disponer de un poco más de tiempo libre) te escribiré más, que tengo unas cuantas cosas pendientes
Hasta pronto
Tranqui, tomatelo con calma...que hace mucho calor para agobiarse :)
Eliminar¡Hola, Isidoro!
ResponderEliminar¡Me ha encantado tu relato! Tanto como lo has ido contando todo hasta el final. Me he imaginado a esa sociedad, prácticamente de la edad de piedra, surgiendo de nuevo a un mundo que cientos de años antes les fue arrebatado. Lo de Justin ha sido ya el remate, un buen relato con un cómico final. ¡Que sepas que me he reído! Ja, ja, ja, ja.
¡Un abrazote!
Hola Ana
EliminarEncantado de verte por aquí. ¿Te has reído? Pues objetivo conseguido. La verdad es que tengo especial predilección por escribir este tipo de relatos satíricos donde, a la par que lanzas un mensaje de alerta (cosa que nunca sobra) te ríes un poco de todo. ¿Qué sería la vida sin el sentido del humor?, Verdad.
Lo dicho, un placer disfrutar de tu compañía y de tus comentarios. He visto la publicación de tu libro, "Historias extrañas de Japón" Te deseo el mayor de los éxitos. Publicar, sea en el formato que sea, es un acto de valentía que merece la mayor compensación. Y la primera es siempre la satisfacción de poder "tocar" tu propio trabajo, como hace un escultor cuando acaricia la piedra.
Un beso grande