Hubiera adivinado el tacto de tu piel pálida- aun sin sentirlo- de tanto soñarlo, igual que hubiera podido conocer la tersura de tu carne prieta o el cálido palpitar de tu vitalidad. Hubiera sabido cómo eras incluso sin haber estado nunca cerca de ti, de tantas veces como te di forma en la eternidad de mis noches.
Desde mi escondrijo en las escarpadas rocas podía verte cuando te asomabas al balcón de la torre más alta, cuando caminabas por los jardines de tu hermoso castillo o cuando paseabas a caballo por la vereda del bosque.
Para mi desdicha, no podía sino conformarme con tan efímero placer, pues tú perteneces a otro mundo, de seres altivos y orgullosos aunque también soberbios y petulantes, que desprecian y persiguen a los que son como yo.
Recuerdo muy bien el día que naciste: el festejo fue por todo lo alto y el castillo se llenó de gente que venía de todos los reinos vecinos, e incluso de allende los mares ( vi sus barcos anclados en la costa), donde también yo habité antaño, cuando los tiempos eran distintos.
Te vi crecer todo este tiempo, feliz como lo era yo, hasta que llegó el ansiado día de tu madurez; que además coincidió con los preparativos de tus esponsales, lo que me facilitó enormemente las cosas, pues para atraerte hasta mí, tan sólo tuve que llevarme conmigo a quien, en breve, sería tu futura pareja.
Después de eso, sólo tenía que dejar intencionadamente mis huellas cerca del castillo para que todos supiesen que el autor de tamaña fechoría no era otro que el temible dragón de la Montaña Negra, y las huestes de tu padre acudirían en tropel dispuestos a darme caza, hasta mi propia guarida, donde estaría esperándoles.
Sabía de antemano que de esa forma también me aseguraba tu presencia al frente del ejército, embutido en tu brillante armadura, dispuesto a dar tu vida por salvar a tu amada del monstruo que la había raptado. Por fin, después de tan paciente espera, estás en mis dominios, y eres totalmente mío.
Sé que no puedes entender lo que te digo, ni saber que yo soy el último de los dragones de leyenda, igual que tú el último de los caballeros; pero ahora tan sólo tienes que hacer aquello para lo que has sido creado. Durante cientos de años vagué en la soledad de un mundo real buscando mi propio destino. ¿ Qué sentido tiene la existencia de un dragón si ya no existen los caballeros? ; así que, al final, decidí crear mi propio reino, y con él mi propio caballero. Yo mismo te di vida, y luego no tuve más que aparecer de vez en cuando en vuestras fútiles existencias para crear una leyenda que tú te encargarías de perpetuar dando muerte al último dragón. Tú fuiste mi juguete. Ahora serás el héroe inmortal del cuento que me dará vida.
Increíble giro que da la historia, y muy original, pues nos ofrece el punto de vista del dragón, en vez de la princesa que se esperaba. Un monstruo enamorado que deja pistas para que en futuro, su príncipe acuda a él. Una pena que el hombre no comprenda los pensamientos de la bestia, y que su final lo más probable sea algo que es mejor no imaginar. Saludos, Isidoro.
ResponderEliminarMuchas gracias Ricardo. Esta historia la escribí hace bastante tiempo, antes incluso de que hiciesen la peli Shrek, ja, ja. Un saludo
EliminarQué forma de jugar con el lector. Increíble. ;) Había imaginado a un vasallo enamorado de una doncella, de pronto digo no, espera, al revés, ah no, es un dragón y un caballero... jejeje Me ha encantado, voy ipso facto a por la II. ;)
ResponderEliminarUn abrazo. =)
Este primer relato era un experimento que pretendía cambiar el punto de vista del lector a cada párrafo, jugar con él haciéndole ver que el narrador no era quién, frases atrás, pensaba, dando giros increíbles hasta el último párrafo de la historia. Me alegro mucho que te haya gustado Soledad
EliminarUn abrazo
Pues a mí me enamora tu dragón más que Shrek. Me encanta cuando juegas al despiste y nos haces creer que estás contando una historia y luego resulta que es otra. Te felicito una vez más, como siempre te digo es un placer leerte. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarPues me hace mucha ilusión que mi dragón te haya enamorado más que Shrek, porque... no te lo vas a creer pero este relato fue el primero del blog y ya lo tenía escrito antes incluso de que saliese la peli, así que, cuando la vi el cine lo primero que pensé fue: el ogro es el protagonista, ¡oh, no, me han plagiado!
EliminarBesos
Hoy escogí tu primer relato en el blog. En parte por la imagen inicial, ya sospechaba que el protagonista era un dragón, aunque al principio pensé que se había enamorado de una princesa, y luego me di cuenta, recordando la película "Dragonheart" (por lo del último de su especie), de que era el último dragón y quizás la soledad en tanto tiempo le hizo querer que se cumpliera su destino, siendo eliminado por alguien a quien consideraba el último caballero. ¡Un saludo!
ResponderEliminarExacto José Carlos, ¡Que bien has comprendido lo que quería transmitir! Me siento muy halagado con tus paseos por mi blog. Sé que aprecias y te gusta leer mis historias y lo valoro mucho, sinceramente. Por eso vale la pena escribir. Un fuerte abrazo compañero
EliminarPD Soy consciente de que muchas veces, las imágenes dicen más de lo que deben sobre el texto, pero también me gusta que representen lo esencial de la historia, y a veces se me crea un dilema a la hora de diseñarlas
Maravilloso tu relato me llegó Confidencias II pero preferí buscar 1º esta. Como protagonista y relator el dragón. Una maravillosa narración. Estoy orgullosa tenerte como lector. Pero como lectora tuya me pasaré mas a menudo por tu casa. Un abrazo
ResponderEliminarY yo encantado de que te pases por ella, siempre es un placer contar con tus palabras. Y no dudes que seguiré pendiente de lo que le ocurre a tu Carmina. Bueno, tengo un capítulo sin leer, pero enseguida me pondré al día.
EliminarBesos maja
Que bonito relato, amigo Isidoro! Me ha gustado especialmente el hecho de que me ha recordado a varias y diferentes historias a medida que lo iba leyendo, y a la vez me ha parecido super original a pesar de que se hayan escrito miles de historias y relatos protagonizadas por un dragón, pero la tuya, no sé... Es diferentes, desde ese punto de vista no había leído nada antes.
ResponderEliminar¡Me voy a por la segunda parte! ¡Ah! Por cierto, me ha encantado el dibujo, ¿lo has hecho tu?
¡Un abrazote!
Me alero mucho que te haya gustado Ana, y muchas gracias por pasarte por aquí a decírmelo. Con este relato quería hacer el experimento de cambiar varias veces el punto de vista en el mismo relato, de forma que hasta el final, no se supiera quien era el narrador. De todas formas, te aviso (bueno, a lo mejor ya te has dado cuenta, je, je), los relatos II y III vuelven a cambiar de línea radicalmente y, seguro te sorprenden. Ya me dirás.
EliminarEl dibujo sí lo he hecho yo, dibujando directamente con photoshop y una tableta gráfica, aunque he de decir que copie el modelo del dragón de una imagen que me gustó.
Muchas gracias por tu visita Ana, es un placer
Un abrazo muy grande