lunes, 15 de agosto de 2016

¡Qué verde era mi barrio! Baño compartido


Juraría que ha sonado el timbre… En el mejor momento, como una tormenta cuando decides lavar el coche…
 
Pues sí, ha sonado y, por la forma en que insiste, parece saber que me molesta…
 
En fin…, no siendo que se esté quemando algo, tendré que posponer los trabajos de evacuación, así que tiro de rollo y me limpio.
 
Ya en la puerta, con los pantalones a media pierna, me asomo a la mirilla para ver la jeta del perturbador y… ¡Oh, sorpresa! La vecinita de al lado… ¿Se le habrá terminado el azúcar?
 
—¡Holaaaa! Soy Gloria, la de al lado ¿Ya sabes lo del agua, verdad?
 
Llevamos varias semanas con problemas en la general, de forma que algunas viviendas se quedan sin suministro por días enteros, pero vamos…
 
—Me da un poco de vergüenza, sabes, pero es que mañana tengo una entrevista de trabajo a primera hora y… —¡Menudos faroles verdes tiene por ojos!—te puedes imaginar…, necesito darme una ducha. ¿Os importa? No tardo ni cinco minutos.
 
«¡Aaay aay ayayyy! Eeesos faaaroles verdes, cielito lindo, mee están maatandooo…»
 
—Ehh…, ¡holaaa!
 
—¡Sí, claro, claro! Yo soy Carlos. Pasa, por favor.. Maribel está trabajando pero, por mí, date las duchas que quieras… Hoy tenemos agua… Mañana, ya veremos—Entorné los ojos a la luz de los suyos, me pregunté dónde los había comprado y le pregunté si necesitaba esponja de baño—.
 
—Muchas gracias, vecino, eres un cielo, ahora mismo vuelvo… voy a desnudarme.
 
—Si quieres, puedes desnudarte aquí —hábil comentario donde los haya, pero es que me ha provocado—… Quiero decir, en el baño.
 
¿He creído ver una sonrisa maliciosa cuando se ha marchado, o no ha sido más que el reflejo de la mía?
 
Hace poco que nos mudamos a este barrio y, hasta hoy, tan sólo Maribel ha podido establecer relaciones vecinales pues yo, trabajando a destajo, he comenzado esta mañana mi primera semana libre. Y bueno, la cosa tiene buena pinta: en lugar de pareja con hijos, perro, gato y canario, tenemos vecinita independiente, silenciosa y nada tímida.
 
Justo el tiempo de abrir un poco la ventana del baño y perfumarlo cuando vuelve a sonar el timbre. Ella está de vuelta, con pantuflas y albornoz, cerrando el cuello con la mano y protegiendo sus tesoros con sonrisa infranqueable.

—Bueno… ya estoy. No te importunaré mucho tiempo.

«Importúnameee y mézclate conmigooo, que bajo mi rama tendrás abrigo…»

—Ehh…, entonces… ¿puedo?

—Claro, claro, ponte cómoda… Si quieres puedes darte un baño… de burbujas. ¿Te pongo música? No sé, como a todo el mundo le gusta la música… en la ducha…—Pero… ¿Qué me pasa? Que es la vecina. Ve-ci-na. Seguro que Maribel hasta habrá intimado ya con ella y se habrán intercambiado cotilleos. ¿Qué la habrá dicho de mí?

Me devuelve un «No gracias, van a ser sólo cinco minutos, de verdad» y me dribla para colarse en el baño. Oigo correr el pestillo y, segundos después, el grifo de la ducha.

Intento despegar la mirada de la puerta clausurada, pero siento un cosquilleo, como ese que tenías cuando copiabas en los exámenes.

Entonces, recuerdo la ventana. Corro a la terraza y veo que sigue entreabierta. Me asomo con disimulo pero..., nada. ¡La puta cortina ! El cosquilleo aumenta de intensidad y, aun así, introduzco mis dedos temblorosos en la ranura.., aparto un poco la tela plastificada y… ¡Bingo!

Ella tiene los ojos cerrados y se quita el jabón del pelo. Hipnotizado, sigo el recorrido de la espuma, que hace eslalon entre el relieve de sus pechos y desciende en rappel desde el monte de Venus para desaparecer por la sima del desagüe.

¡Tres minutos! Tres minutos de Gloria bastan para que bendiga el día de la mudanza como al santo patrón del barrio. Cuando sale del baño, radiante, me da las gracias y se va, de puntillas, sin dejar una sola gotita de agua en el parqué. La miro por detrás y veo su cuerpo desnudo bajo el albornoz. Antes de cerrar la puerta, le obsequio un «adiós» que esconde un «la próxima te lleno la bañera de espuma y nos zambullimos juntos» y ella me lanza una última sonrisa del tipo «de ilusiones también se vive»

¡Menuda toma de contacto! Verás cuando nos conozcamos mejor.

De nuevo solo, intento retomar una tarea que dejé inconclusa, así que, cojo el «Marca» y entro en el excusado. No hago más que sentarme cuando la veo ante mí, insolente, provocativa. De color lila. Triángulo de encaje por delante, sin tela suficiente para justificar el recurso a la imaginación, y fino cordón por detrás, uniendo promesa y despedida.

Puede ser esto una señal del cielo… o de la Gloria, pero independientemente de ello, una braguita en mi baño podría causarme serios disgustos, así que, escojo un tono de voz apropiado, una mirada del tipo «tu secreto está a salvo conmigo» y me presento en casa de la prenda, con la suya.

La pose es de revista: peso sobre la pierna derecha, mano izquierda sujetando la jamba, sonrisa de complicidad y tanga malva enredado entre los dedos a la altura del rostro, como si antes de devolvérselo, fuese a darle el último mordisco.

La mirada del tipo que abre la puerta destroza mi postura en mil pedazos, a cuál de ellos más ridículo y, mientras intento desbloquear la mueca estúpida de mis músculos faciales, me lanza de propina una sonrisa para culminar la humillación.

No tengo respuestas para la pregunta del millón; aquella de «¿Qué te hace pensar que algo es lo que no es?»; pero daría un millón por no tener que estar haciéndomela en aquel preciso instante. El caso es que, llegado a ese punto de no retorno, no me queda otra cosa que inclinar el mentón y esperar la puntilla.

Los abdominales del gachó —un tío musculado siempre lleva el torso desnudo cuando está en casa— se mueven al compás de su voz cuando me dice:

—¿Qué se le ofrese, compadre?

—¡Náaaa!... Es sólo que le des esto a tu chica, que se las dejó en mi casa—ofrezco vencido el trofeo que nunca fue mío.

—¡Ah, okey! —me dice el tío estirando los labios— Po sierto, grásia po recordámelo… Tenga, esto pa su esposa, que a mí sieeempre se me olvida... ¡Ah!, y dígale que no se vaya a molestá, que ya están lavás.

Y va y me tiende una bolsa. Llena de bragas. De toooodos los colores.
 
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33 comentarios:

  1. Jajajajaja que divertido. Eso te pasa por pillín, Isidoro. Ya habías soñado demasiado alto y con bragas en mano. Muy ameno relato. Me gusta mucho tu vocabulario también. Yo soy negada para el humor jojojojo. Permíteme compartirlo. Besos.

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    1. Muchísimas gracias Mendiel, por leer, por compartir, por comentar,... En fin, por estar ahí. Me alegro que te haya divertido, de verdad, aunque tengo que decirte que no se trata de una historia vivida. Me la contó un amigo, ja, jaaaa (es lo que siempre se dice, ¿no?)
      Y permíteme que discrepe sobre sí eres negada para el humor. Una persona que escribe solo dramas puede no conocer el humor, pero... quién escribe terror, te aseguro que conoce muy bien el extremo opuesto, sino, no podría ir tan lejos, ja, ja
      Muchos besos

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    2. Ay chico un texto diferente lleno de ganas me encantó esta faceta tuya quizás dormida antes en vos
      miles de besos
      felicitaciones por la sensualidad

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    3. Pues me alegro mucho que te haya gustado. Quizás tengas razón, hay que sacudirse un poco el lado oscuro de vez en cuando y meter más sonrisas y más sensualidad, que... la vida es un carnaval y las penas se van cantandoooo
      Muchos besos

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  2. Ja, ja, ja. ¡Qué bueno, Isidoro! Donde las dan las toman. Me has alegrado el día. No hay género que se te resista. Mis felicitaciones y un abrazo muy fuerte

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    1. Pues nada me satisface más que haberte alegrado un poquito de este martes, amiga Ana. No sé si seré bueno en todos los géneros (eso lo dejo a juicio del lector, por supuesto), pero lo que sí intento es no saturar mi blog con dramones y relatos filosóficos, de esos que te hacen pensar y, de vez en cuando, me relajo y suelto alguna de estas perlas cuya única finalidad es hacer pasar un rato entretenido y lograr la carcajada final. Sí lo he conseguido, nada más puedo pedir
      Un abrazo muy fuerte compa.

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  3. Muy bueno Isidoro, me imagino la cara del protagonista cuando al devolver la braga se encuentra con muchas de su mujer. Un abrazo

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    1. Sí, yo también, ja, ja. Te confieso que, en la versión particular, incluso continué el relato, porque a partir de ese final no se me ocurrían más que chorradas, je, je, como las explicaciones que le pediría el amigo a su mujer sobre esa frecuencia en usar la ducha del vecino o la extraña costumbre de dejarse siempre las bragas en la casa de ellos... Y él que se creía todo un ligón...
      Besos

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  4. Ayyy qué risa me ha dado. El pobre con tanga en mano imaginando infinidades de finales, excepto ese. Jajaja a ver cuando llegue la esposa Maribel.
    Un besillo.

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    1. ¡Anda que...! donde las dan las toman...bueno, soñar es gratis compañero. Pues mira que la literatura ha dado muchas historias de "miradores".

      Disculpas Isidoro y María Campra, que use su "botón" de responder para ponerte un comentario...pero es que no me deja por ningún otro lado.

      Un saludo compañero.

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    2. Me alegro mucho que te haya divertido María. Veo que estás de vuelta. Espero que hayas disfrutado de esos días de descanso. Lo que es seguro es que vienes con fuerzas renovadas, je, je
      Si te digo la verdad, yo también me divertía intentando visualizar la cara del pardillo, bragas en mano e imaginando lo mejor. Y como le he dicho a Mamen, me hubiera gustado plasmar esa continuación, donde el protagonista se pregunta lo que haría el vecino todas las veces que su mujer pasó a ducharse a su casa, je, je
      Besos

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    3. Lo que espero es que tú puedas leer mis respuestas Isabel también.
      Muchas gracias por tus palabras compañera, efectivamente, los "mirones" forman una parte nada desdeñable de nuestro acervo literario, je, je ¿Qué haríamos sin ellos?
      He visto en tu blog que llevas tiempo escribiendo una novela que tiene muy buena pinta, pero ahora, durante este mes de agosto he tenido que echar carrera para leer lo atrasado y no me he atrevido con ningún capítulo. Sin embargo, a medida que vaya pudiendo (veo que ya van doce capítulos creo) quisiera incorporarme. Por supuesto, comenzaré por el principio, como no puede ser de otra manera. Ya me encontrarás por ahí
      Hasta entonces, muchos besos

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  5. Tienes Isidoro, la capacidad de jugar con el humor costumbrista (ya lo vimos en Mala fama 2) que nos transporta a ese escenario tan nuestro, en que los personajes se mueven entre lo entrañable y lo patético. Esto consigue que empaticemos con ellos rápidamente, pues, como pobres diablos, no podemos evitar desear querer que les salga la jugada. Si además le metes una pequeña pincelada erótica que tan bien dominas (aquí está en una medida calculadamente adecuada), nos sale un relato divertido, ligeramente excitante y que nos deja con una sonrisa.
    Como sabes que me gusta joder un poco, si quiero apuntarte, que el relato me estaba encantando hasta que llegamos con el maromo de gimnasio. Si bien es una resolución divertida y bien hilada, creo que podrías haberle sacado algo más de partido siendo algo más alocado.

    Pero vamos, que es un relato muy cachondo, fenomenalmente escrito (sabes que creo que eres de los mejores de la www) y con un punto de empatía (una fantasía que habrá tenido casi todo el mundo) muy muy logrado. Lograste que me imaginara una película de Berlanga y que me entrara la risa tonta. Sigue así, crack.

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    1. Qué gran observador eres Alejandro. Precisamente quería explotar ese punto entre lo entrañable y lo patético que, efectivamente, tan cerca está de nosotros. De hecho, este relato pretende formar parte de un conjunto de historias del mismo tipo bajo el título ¡Qué verde era mi barrio! Un título que creo lo dice todo. En cuanto al erotismo, cuando no es el elemento pivote de la historia, prefiero dejarlo en esa medida. Tú bien sabes que es un elemento difícil de dosificar. Sí te pasas un poco te hunde la historia o se la lleva a su terreno.
      Me gusta que jodas compañero, je, je. Sí me creyese un escritor infalible y el mejor del mundo no estaría aquí. Creo que tú sí que sabes, y lo demuestras tanto en tus textos (que por cierto ya estoy echando de manos) como en tus comentarios. Las palabras de un maestro nunca van a resultar ofensivas, je, je. A lo que dices: te voy a confesar que el final del relato tuvo varias formas, y la verdad es que ninguna me convencía. En fin, se quedó así yo creo que por agotamiento mental, je, jeeee
      En cuanto a la empatía... ¿verdad que sí?
      ¿Berlanga?... Pues sí, tienes razón, jaaaaaaa, ja
      Un fuerte abrazo amigo. A ver cuando nos traes algo tuyo. Estoy seguro de que estás preparando algo

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  6. Cómo me alegra que sigas escribiendo, Isidoro, y vaya un relato más divertido que nos has dejado hoy, pero qué buena ha estado esta entrada, nunca te había leído de esta manera, con este humor, y he ido imaginando las escenas y jajajaja, no he podido evitar sonrisas al leerte, me ha encantado esta faceta tuya tan divertida, la verdad es que veo puedes escribir de todo, Isidoro, eres maravilloso, y te animo a que también escribas poesía, porque tú puedes con todo.

    Por cierto, me hubiera encantado que hubiera seguido... ¿no te has propuesto hacer una segunda parte? jajajaja estaría genial.

    Un placer estar aquí, amigo Isidoro.

    Un beso enorme y mi admiración por tu manera de transmitir.

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    1. ¡Ah! sigo aquí, todavía no me he ido, se me olvidaba comentarte sobre la imagen, me ha encantado, yo también, suelo hacer imágenes con efecto entre vídreo, tengo alguna por ahí hecha.

      Más besos, amigo Isidoro, y gracias siempre por tus preciosos comentarios.

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    2. Me alegra mucho que te haya gustado María, y que me sigas con esa fidelidad. Yo no leo los blogs de la gente buscando reciprocidad, sino porque me gustan (creo que se nota) y por eso también creo que quién se mete en el mío y comenta así, es porque le gusta lo que lee (o no)
      Aprecio enormemente tus comentarios y lo que me dices en ellos. Y por supuesto que seguiré escribiendo. Con lectores así, sólo si se me seca la mente lo dejaré, je, je
      Sí te gustan estas historias, puedes leer los dos relatos que escribí bajo el título "Mala fama", a ver si te gustan. Creo que son bastante divertidos y en la misma línea.
      Un beso enorme

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    3. En cuanto a la imagen, yo suelo usar Photoshop sobre todo, creando, dibujando con una tableta gráfica y modificando imágenes. En este caso ha sido muy simple y el efecto de cristal, tipo mampara de baño, me ha venido que ni pintado, je, je. Otras veces me cuesta mucho más
      Me alegro que te haya gustado y de nuevo muchas gracias
      Más besos

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    4. Gracias, Isidoro, aunque ahora misno no puedo, pero en cuanto pueda iré a leer esos relatos que dices, a ver si los encuentro, y ya te los leo y te los comento. Si son de esa línea claro que me encantarán.

      En cuanto a lo de las imágenes, yo uso Photoscape o algo así se llama el programa, no se si estará bien escrito, yo lo utilizo más que nada para recortar imágenes que eso se me da genial como puedes ver en mis entradas jajaajaj, y alguna vez puse ese efecto de cristal en mis fotos, y también lo utilizo para oscurecer la imagen, es para lo que utilizo ese programa. A ti te ha venido genial ese efecto de cristal jajajajaja.

      Más besos.

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  7. No tengas prisa Isidoro, lee los capítulos de la novela con calma y tiempo. Un abrazo y hasta pronto.

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    1. Veo que lo has conseguido, je, je. Nos vemos, claro que sí. Un abrazo

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  8. Jajajaj, los trapos sucios se lavan en casa, aunque nunca queda claro si en la propia o en la ajena. ¡Genial! Un relato espontáneo, pícaro y ameno que borda un momento cotidiano. Como que el baño no es lo único que comparten los vecinos... ¡De veras que es verde! Y no me refiero solo al barrio. Seguro ya estará encontrando excusa el protagonista de la historia en que lo han "contaminado" los ojos de Gloria, jaja. A propósito, en esa frase referida de la canción, ¿no debería ser "abrigo" en lugar de "amigo"? Me he escuchado el bonito tema que no conocía hasta hoy y, si no estoy sorda, puedo asegurar que oigo mencionar lo primero. ¡Me ha encantado leerte, Isidoro! ¡Un abrazote!! ;)

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    1. Cuanto me alegro que te haya gustado compañera, en esto del humor nunca se sabe si uno va a tener gracia o a quedarse en "¡Qué gracioso". Y sí, este barrio es verde no sólo por sus frondosos parques, ya verás. En cuanto a la frase (eres muuuuy observadora, por cierto)¡Tienes toda la razón! Yo también pensaba que era abrigo, te lo juro, pero me fui a ver la letra en internet para confirmarlo y me encuentro que pone "amigo"... Eso me pasa por no confirmar las fuentes (un error garrafal) y fiarme de lo primero que veo (simplemente pensé, ¡bah! habré escuchado mal toda mi vida, je, je) Y eso que la lógica también estaba a favor del abrigo, eh.
      Bueno, sea como sea, te agradezco un montón que te hayas preocupado de escuchar atentamente y haberme corregido. Ya lo he cambiado.
      Muchas gracias por tu apoyo y fidelidad, en serio. Un abrazo fuerte

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  9. ¡Qué bueno, amigo Isidoro! Tienes un talento especial para el humor. Todavía me acuerdo de la trastada que le hicieron aquellos dos viejitos cachondos a la pobre Felicia y éste relato de enredos vecinales es casi mejor. Y los diálogos, esos diálogos de los que siempre hablamos, son súper divertidos.
    Por cierto. ¡Qué apañao el maromo del vecino que se entretiene en lavar las braguitas de la pillina de Maribel!, je, je, je. En fin, un placer como siempre pasar el tiempo con tus ocurrencias.
    Un abrazo fuerte.

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    1. No sabes cuando ánimo me dan tus palabras para hacer más incursiones en esa línea porque, sabes, me parece más difícil hacer humor que drama. No sé, me parece fácil caer en el chiste fácil o chabacano, y la verdad es que me aterra eso.
      Pues sí que es apañao el vecino, sí, je, je. Lo mismo la Gloria ya estaba hasta las narices de ver a su vecina Maribel entrar y salir, coqueteando con su flamante maridito y encima llevándose las bragas limpias y decidió pasar al ataque... aunque creo que el maromo no se ha dado por aludido, ja, ja. ¡Vaya usté a saber!, yo no lo tengo nada claro, por eso no terminé la historia, ja
      El placer es mutuo compañero. Un fuerte abrazo

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  10. Pues sí, Isidoro, eso dicen los expertos; que es más difícil hacer reír que llorar...de todos modos siempre dan buen resultado esos relatos con ese toque tan pícaro...está muy bien lo que has escrito, Isidoro, y creo que da para mucho, ese trajín de idas y venidas de las damas del edificio...¿Y ellos? ¿es que no se duchan? jaja, creo que deberías continuar con algo sobre sus andanzas. Y a ver qué pasa.

    Besos, Isidoro.

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    1. Muy buena tu observación sobre la higiene de ellos, ja, jaa. Como has podido comprobar, no es un relato excesivamente trabajado en todos los detalles y muchas cosas se han quedado en el aire... o en la imaginación de los lectores, que dicen algunos. Sin embargo, puede que, siguiendo tu sugerencia, sean ideas a utilizar en un próximo escrito... Muchas gracias por tu visita y por tus palabras, Marián
      Besos

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  11. No te prodigas mucho con el humor Isidoro, pero cuando lo haces te sale de lujo. Es este un relato divertido, bien hilvanado y que se lee de manera muy amena. Además como han comentado dosificas muy bien el humor y nos sorprendes con inesperados y divertidos giros. Ideal para pasar un rato divertido a la vuelta de vacaciones. Abrazos.

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    1. Un placer leerte de nuevo por aquí paisano. Espero que hayas disfrutado de tus días de descanso. A ver si pronto podemos leer algo tuyo, que siempre se echa de menos, ya lo sabes.
      Tienes razón, no soy muy dado al humor en mis relatos, je, je... pero lo cierto es que, de vez en cuando no está mal. Por mi parte, casi todos los relatos con dosis de humor que escribo, también tienen algo de erotismo (los incluyo todos con la misma etiqueta en el listado de relatos), porque me parecen ingredientes que casan muy bien. Es una mezcla que siempre da buenos resultados. Te agradezco mucho que valores tan positivamente mi desenvoltura en este texto, Jorge. Si te he sacado una sonrisa, habré cumplido mi objetivo.
      Un fuerte abrazo y hasta pronto.

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  12. Me encanta, es super divertido. E pa cagarze de la riza, con todos mis respetos para el amigo que se le resiste la misión. =D
    Oye, qué bien me ha venido pegarme unas carcajadas. Lolailo lá. ;)
    Un abrazo. =)

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    1. Pues no sabes cuánto me alegro de que te haya divertido, compañera. La risa es terapia, ¿no? Y la mejor, por cierto. A lo mejor nuestro prota no opina lo mismo, pero eso le pasa por fliparse él solito, je, jeeee
      Un beso enorme

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  13. Hilarante relato, narrado de forma muy espontánea, que es lo que diferencia el buen humor del artificio. Se lee de un tirón y engancha desde la primera frase. No es fácil dominar el humor en su dosis justa y creíble y tú lo haces a la perfección, comenzando por el mismo título. Me parece una acertada idea la de hacer un compendio de relatos bajo ese nombre, la verdad es que lo he disfrutado mucho.

    Un abrazo y mi enhorabuena, Isidoro. ;)

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    1. Muchísimas gracias, Manoli, por el tute que te estás dando a leerte mis relatos. Es un placer tenerte por aquí. Así que te gusta la idea. Pensaba en una serie de relatos cotidianos, de barrio, dónde el humor, la ironía y el toque erótico se mezclasen con la frescura, lo espontáneo. Espero que se me vayan ocurriendo cosas para no dejarlo sólo en el esbozo, que es donde se quedan muchas grandes ideas y que os haga disfrutar con ellas.
      De nuevo muchas gracias por tu tiempo y tus comentarios, Manoli. Como digo, un gusto tu visita
      Besos

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