lunes, 25 de abril de 2016

Mala fama 2. The first time


 —Señorita, debería usted prestar esa delantera al Rayo, a ver si sube a Primera—sentenció el anciano más bajito, el de la pajarita, cabello ralo y bigotito «Errol Flynn», apuntando su mentón prominente hacia mis tetas—.

—No seas grosero José Luis—le reprendió el más alto, de manos grandes, papada y gafas de pasta, dejando caer sus ojos saltones en mi escote—. Hija mía, no le hagas caso, que tiene menos luces que el carrito de un bebé.

Sólo llevaba un par de semanas en la calle, desde que el tío Fran decidió que ya podía sacar a escaparate la mercancía, hasta entonces reservada a clientes privilegiados que pagaban tanto por sexo como por silencio. Quizás por eso no era muy ducha en ahuyentar moscones y viejos verdes.

—Verá usted, señorita… —comenzó el tal José Luis—, aquí mi amigo y yo estaríamos interesados en contratarla a usted para un apaño…, ya sabe, un pequeño servicio.

—¿Un «servicio» para cada uno, o éste va de miranda?

—¡Oh!, no, no… No es lo que usted piensa—continuó el bajito, que no sé por qué, me recordaba a un actor—. Por desgracia, no es para ninguno de nosotros…

—Verás, hija—terció el alto, que hablaba muy deprisa y que también me recordaba a un actor— la cosa es que tenemos un amigo un poco tímido sabes, y que, por razones que no vienen al caso, nunca ha encamado con una moza, aunque bueno, no es que haya sido tímido para eso, sino para venir con nosotros a pedir la intervención de una profesional, tal como requiere el caso, ya que más bien se trata de un tema médico, al ser debido a un pequeño frenillo en el prepucio que le impedía incluso el precario disfrute de la actividad manual y que, aún ya corregido el defecto físico, dejó en su mente un poso de obsesión que marcó todas sus relaciones con el sexo opuesto y es por ello que nosotros, viéndonos en el compromiso al que obliga la amistad, hemos decidido solicitar la ayuda de alguien en cuyas manos podamos poner «el asunto»…

—Vamos que… lo que queréis es que le haga un «fers-tain» —lo que en el mundillo llamamos «una primera vez»—. ¿A quién?, ¿a vuestro nietecito?

—¡Sí, eso mismo, señorita, un «fies-tón», y por todo lo alto!—exclamó entusiasmado el de bigote.

—Perdona a mi amigo, querida—se excusó el de gafas—, es para un compañero de la residencia y, lo que queremos, es darle una sorpresa precisamente para celebrar su ochenta aniversario.

Desvirgar a un octogenario en la residencia de ancianos no se me antojaba el mejor comienzo como puta en la calle Desengaño, y tampoco así se lo parecía a Nelson, que se divirtió mucho cuando se lo conté mientras almorzaba en su bar, y que se lo pasó aún mejor cuando le expliqué el descabellado plan mediante el cual pretendían hacerme entrar en el Hogar del Anciano, con uniforme de celadora sobre un erótico conjunto de fina ropa interior.

Pues…, ¿no dicen que nunca digas «nunca jamás»? El caso es que Antonio, el más alto de los dos, terminó por convencerme con su verborrea, y con las veinte mil pesetillas que dijo haber reunido, junto a sus compañeros, para entregarme una vez cumplido el trabajo que, por otra parte, una vez superada la fase de infiltración, no parecía presentar gran dificultad.

Así pues, allí me presenté, con gabardina gris, pijama turquesa y lencería escarlata. De la gabardina me desprendí en la lavandería, por donde me colaron los dos peculiares ancianos, y del pijama, en la misma puerta de la habitación a donde me condujeron. Cuando el longevo cumpleañero me vio apoyada en la jamba de la entrada, su mandíbula inferior cayó, dejándome ver una bien conservada dentadura.

—Alfredo, te presento a Felicia—le dijo el hombre alto con gesto solemne—, la diosa del sexo que te va a mostrar el paraíso de una vez por todas.

—¡El paraíso… y ese cuerpazo, que quita el hipo!—apostilló José Luis.

Alfredo era un hombre menudo, de aspecto afable y ojos lánguidos, que permanecía sentado en la cama, con las manos apoyadas en las rodillas y las gafas en el extremo de la nariz. Una vez hechas las presentaciones, sus generosos amigos nos dejaron la intimidad pertinente.

En consideración a lo avanzado de su edad y su nula experiencia sexual, traté de ser lo más delicada posible. Primero me desnudé yo, muy cerca de él, mientras acariciaba sus hombros y mejillas, dejando que mi perfume actuase como bálsamo a su nerviosismo. Después cogí sus manos y las apoyé en mis pechos. Habían quitado la calefacción y yo tenía los pezones como púas, que se introducían entre sus dedos encallecidos Eso terminó de ponerlo a tono. Cuando hice que las fuese bajando por mis costados, mis caderas, hasta cerrarlas como garfios en mis nalgas, ya boqueaba como un pez mientras su hermano pequeño se despertaba de la siesta.

El resto parecía coser y cantar, así que fui desnudándole poco a poco mientras le echaba de espaldas en la cama y me colocaba a horcajadas sobre sus piernas. Sin embargo, ya en plena faena, cuando había logrado que su mástil se pusiera a la altura de las circunstancias, cimbreándose en el interior de mi tempestad, algo raro pasó, porque se llevó las manos al pecho. Al suyo primero y a los míos después, como si quisiera exprimirlos. Entonces, justo en el momento culminante, un espasmo sacudió todo su cuerpo. Luego varios estertores y se quedó tieso. Tardé un poco en reaccionar, pero en cuanto me percaté de la situación y sin pensar en nada, corrí a dar la alarma.

—¡Por el amor de Dios, señorita, tápese un poco, que uno no es de piedra!—exclamó el anciano del bigotico recortado, que parecía haber estado todo el tiempo tras la puerta.

—¡Pues lo parece! ¡No se quede ahí mirando, hombre, váyase a buscar a alguien, que a su amigo le ha dado un infarto!

Por suerte apareció el alto, que parecía más espabilado, y se hizo cargo de la situación.

—Tienes que marcharte, no pueden verte aquí— me dijo, apremiante—No te preocupes por él, nosotros nos ocuparemos de todo.

Me vestí a toda prisa y desaparecí de allí como alma que lleva el diablo. No volví a ver a los dos ancianos pero, durante varios días, cierto remordimiento no me dejó dormir. Dicen que esa es la muerte más dulce, pero la mueca que se le quedó a aquel hombre más parecía debida a un cólico de gases que a un orgasmo póstumo y, sus ojos, muy abiertos y clavados en mis tetas, me torturaban en sueños. Me imaginaba detenida por abuso de mayores, por ejercer de puta en un asilo e incluso por asesinato, o lo que es peor, condenada a soportar a un fantasma llamado Alfredo que, todas las noches venía para someterme a las más horribles vejaciones.

Por supuesto que, en mi calle, nada dije de la malograda aventura. Llevaba poco tiempo en el oficio y aún no había aprendido a dejar de lado ciertos escrúpulos. Pero una noche en el bar de Nelson, que ya se había convertido en mi confidente, algunas copas de más ahogaron mis reparos y exploté, contándole todo.

—¡Cómo te embaucaron, mi amor!—exclamó entre carcajadas—. Esos tres llevan tiempo haciendo de las suyas para follar gratis. Se turnan al que le toca morirse. Las chicas han debido darles el chivatazo para hacerte la novatada y por eso han podido entrarte sin problemas, porque en esta calle ya son bastante conocidos.

Nelson tuvo que sujetarse la barriga para que no se le saliesen las tripas de tanto reírse y yo, entre molesta y aliviada, terminé por aceptar que, para todo hay una primera vez. Desde entonces, cobro siempre por adelantado.

Si quieres leer "Mala fama" pincha aquí
 
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31 comentarios:

  1. Jajajaja ¡Que genial historia! ¿Se trata de una coincidencia que transcurra también la calle Desengaño? XD

    En serio, si es que ni de un cliente ancianito te puedes ya fiar... creo que las prostitutas son más confiables que ciertos demonios envejecidos y resabiados xD En serio, muy buena historia. Hoy sí me has dado ganas de conocer a la protagonista, y además has logrado que me ría. 2x1, ¿no te parece? ^^

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    1. ¡Si Holden, es pura y genial coincidencia!, ja,ja. Fíjate que, en el primer Mala fama ya se menciona esa calle, puesto que es donde Felicia comienza a ejercer su oficio. Seguro que el Sr. Salvo y Nelson hasta son vecinos. Me alegro que te hayas reído colega. De eso se trataba, y no es nada fácil dado los tiempos que corren, je, je
      Muchas gracias por pasarte

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    2. Gracias a ti en todo caso por escribir y compartirlo... yo me paso por disfrutar, que además es gratis :D Está claro que el Sr. Salvo se toma los cafés en dónde Nelson, cuando quiere alejarse un poco de tanto calvo.

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  2. Muy bueno y realmente divertido. No soy muy dado a los piropos, pero ése de prestarle la delantera al Rayo jamás lo he utilizado. Me he reído con lo del «fers-tain» y el «fies-tón» y también con lo del hermano pequeño despertando de la siesta. Lo del infarto me lo vi medio venir, e incluso me planteé que en lugar de follar o desvirgar por encargo se tratara de un asesinato encubierto a manos de una desprevenida ejecutora y profesional del sexo. Creo yo que es muy evidente el guiño a actores tan clásicos como Alfredo Landa o Jose Luis López Vázquez, lo digo por emplear esos nombres. Y tengo una pregunta, en vista de esta ilustración y otras: ¿Haces tú mismo los dibujos acorde a las historias? Yo creo que sí. Saludos.

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    1. Precisamente he tratado de hacer y poner frases un poco "retro" que además pudiesen pegar a los personajes del relato y a los que los han inspirado desde las pantallas de cine.
      En cuanto a las ilustraciones, has acertado. Busco la imagen acorde al relato que he escrito (la hago una vez que he terminado el texto)Algunas veces uso fotos e imágenes de google y otras hago los dibujos. Mezclo, corto, retoco, modifico, distorsiono, pongo filtros y todo lo que se me ocurre con el bendito photoshop, hasta que obtengo el resultado que busco.
      Muchísimas gracias por pasarte y comentar, es todo un honor.
      Por cierto, que traté te ponerte un comentario a tu artículo sobre la mitología sumeria y no hubo forma. Al final lo coloqué en G+. Ya lo habrás leído
      Saludos

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    2. Sí, leí tu extenso comentario hace un rato, y te lo agradezco un montón. Lo que ocurre es que con wordpress primero debes autorizar los comentarios de gente que opina por primera vez, pero ahora ya es visible. De hecho te contesté -iba a hacerlo aquí, pero no es el lugar y además no vi actividad por tu parte-. Así que acerté con las ilustraciones, tenía la corazonada. ¿Sabes? En parte por ese dibujo de la chica en el relato de los dos escolares y los 5 metros de tendal entre los balcones. El sueter a cuadros de la chica, etc, todo cuadraba demasiado con tus descripciones...Saludos.

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  3. Un magnífico guiño al cine español de los años setenta, que se ha criticado tanto pero que refleja tan bien la picaresca. Me he reído mucho, Isidoro, imaginándome a los tres abueletes enganñando a la ingenua prostituta y a mí, que también me creí que estaba muerto. Muy bueno, Isidoro

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    1. Muchas gracias Ana. Bueno, es evidente el pequeño homenaje que he querido rendir a ese cine. Creo que las aventuras de mi personaje podían haber salido de una de aquellas películas, de cuestionable calidad pero que, a fin de cuentas, son la enseña de una época. Interpretadas por grandes actores en todo caso, que más tarde demostrarían sobradamente sus dotes.
      Me alegro que te hayas divertido y haberte despistado, al menos un poco, je, je.
      Un fuerte abrazo

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  4. Mucho ingenio y mucho humor en esta historia. Por lo visto en todos los oficios existen las novatadas, aquí, los abuelos cachondos supieron sacar tajada de la inocente prostituta. Como comenta Ana, un buen guiño a aquellos personajes del cine español tan entrañables con los que ilustras el relato. Saludos.

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    1. Muchas gracias por tus palabras Jose R. También pensé en ponerle de título "La novatada", pero me gustó el juego que se hacía en el relato con esa "primera vez" en inglés y así se quedó. Te puedes creer que primero creé a los personajes de los abuelos y cuando escribí el diálogo pensé que si fuese una película, nadie mejor para dar vida a esos personajes que aquellos actores... Entonces se me ocurrió ese guiño al cine de aquella época.
      Un saludo

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  5. Muy bueno, amigo Isidoro. Me he reído con ganas de la novatada que las compañeras le han preparado a la buena de Felicia, "la diosa del sexo" como la llama uno de los vejetes.
    Me ha encantado volver a verla, y por supuesto también a Nelson, el rey de los mejillones picantes.
    Es el tuyo todo un homenaje al cine español, y los diálogos son de lo mejor que he leído en mucho tiempo. Espero que ésta no sea la última aventura de nuestra amiga.
    Un abrazo fuerte, amigo.

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    1. Muchas gracias Bruno, aprecio mucho tus palabras. Por lo que me comentáis, fue una buena ocurrencia mezclar las aventuras de Felicia con ese homenaje al cine de la época (creo que casan a la perfección)Y también me hace gracia lo de los mejillones. No pensé que fueran a tener tanto éxito, je, je. ¿Los diálogos te han gustado? Pues no sabes lo tranquilo que me dejas, porque son lo esencial del relato, la verdad.
      Yo también espero que Felicia vuelva pronto... a mi imaginación y a la vuestra, claro, ja, ja
      Otro fuerte abrazo para ti amigo

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  6. ¡Genial!! ¡Sí que tiene anécdotas divertidas por contar Felicia! Menuda lección le dieron, las novatadas siempre salen gratis, jajaj! Qué trío más astuto y perverso, pero me encanta que le saquen jugo a su vejez, ¿por qué iban a disfrutar solo los niños de las travesuras? Te cuento que éste personaje y/o su historia son de mis favoritos por aquí, por lo realista, vívidos y desenvueltos que me resultan, fluyen con naturalidad y me gusta la sencillez que transmiten; a pesar de lo bien trabajado que estén en cuanto a forma o estilo, se me hace muy fácil seguir el hilo de la trama. Claro que no estaba segura de que llevara continuación cuando leí la primera parte, pero ha sido más que agradable saber que la tiene y sin duda estaré esperando por las siguientes. Me ha encantado leer el texto, por supuesto. ¡Un abrazote, Isidoro!! ;)

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    1. Me alegro muchísimo que te haya gustado Fritzy. Quería poner una nota simpática que contrastara precisamente con la vida real del personaje, en esos tres abuelos “verdes” que no renuncian al adolescente que llevan dentro. “Buscarse la vida”, en cualquier oficio, no es nada fácil pues, a la que pueden, siempre hay pícaros dispuestos a “llevarte al huerto”.
      Si te digo la verdad, cuando escribí el primer relato de Felicia, tampoco tenía pensada una continuación pero… qué quieres, le cogí gusto al personaje, cómo al de Cruz… Creo que me gustan los personajes malotes, je, je. Así que, por supuesto que tendrá continuación. Sólo espero que se me ocurra algo original que contar y que os guste.
      Muchas gracias por tu fidelidad Fritzy. Ya sabes que es un placer, a la par que un honor, contar contigo por este blog.
      Un fuerte abrazo amiga

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  7. Muy bueno Isidoro, genial relato de humor el que nos traes, entretenido y ameno y además con toques muy simpáticos. Gran giro final en el que se nos muestra que todo es una broma, yo pensé que a los viejos no se les había ocurrido una forma mejor de matar a su "amigo" por algún oscuro motivo, pero nos sorprendes con un giro inesperado. Y como han comentado, muy buenos los diálogos, aunque a esto ya nos tienes acostumbrados. Te estas especializando en sagas con personajes muy bien retratados. Un abrazo compañero.

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    1. Muchas gracias Jorge, me alegro de que te haya resultado divertido. Cómo ya he dicho en algunos comentarios por ahí, la verdad es que antes no pensaba que ninguno de los personajes de mis cuentos pudiese tener continuación, pero a raíz de la opinión de otras personas y estando yo de acuerdo en que algunos de ellos podían ser susceptibles de más de una historia, me he decidido a darles más vida. Felicia no es la única que va a tener más capítulos, pero bueno, a ver lo que dan de sí
      Un abrazo amigo

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  8. Qué graciosa forma de empezar el texto compañero, sin duda transmite una sensación de simpatía que permite leer el texto con una sonrisa. No voy a reincidir en lo que ya han comentado y has respondido varias veces, pero sí que has retratado tan bien a estos personajes que hasta yo, que apenas he visto películas de ellos, sabía quienes eran. Ya mismo te veo retratando la inmortal "Los ladrones van a la oficina" donde recordarás la enorme y carismática galería de personajes que desfilaban por allí.

    Pienso que hiciste bien en no usar el título de "La novatada", porque habría anticipado el truco cuando el anciano parece palmarla. Y yo he llegado a pensar que había muerto de un modo agradable, pensando que sus colegas querían que tuviera un final dulce. Que por cierto, en un viaje universitario a Madrid, estuve en un hotel ubicado en la calle Desengaño, lo cual me hacía gracia por ser la de "Aquí no hay quien viva". Claro que lo que me sorprendió fue ver que allí se practicaba sexo en plena calle de día o de noche por profesionales y sus clientes jaja.

    Por último, entiendo bien lo que te ha pasado con Felicia, es decir, hay personajes, como me ha pasado con Windor, sobre los que escribes una historia inicial sin pensar en que posteriormente repitas, pero tanto las sensaciones que te dejan al escribirlos y darles vida, como notar el apoyo de la gente, hacen que la cosa fluya en futuras ocasiones. Así que sigue con ello, ya sabes que disfruto leyendo tus historias. ¡Un abrazo!

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    1. Me alegro que te haya gustado compañero. Qué te voy a decir sobre la continuidad de los personajes que tú no sepas. Lo dicho, cuando empecé el blog ni me lo planteaba, pero ya ves... Por cierto, que, efectivamente, la calle Desengaño es famosilla en Madrid en ese sentido. A lo mejor es por eso que se usa tanto, no sé. A mí, aparte de ese toque realista, me pareció un nombre que ni pintado para situar al menos parte de la carrera de Felicia. Otra parte discurre por otros derroteros que, de momento, tan sólo están en mi mente, pero ya los conoceréis
      Muchas gracias por tu apoyo colega y por esos valiosos comentarios que siempre es un placer leer
      Un abrazo

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  9. Jjajaaj muy buena esta historia, te felicito por ella, Isidoro, un placer leerte.

    Un beso.

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    1. Bienvenida María
      El placer es mío al recibir tus palabras. Me alegro que te haya gustado. Si te apetece, hay relato anterior con la misma protagonista.
      He visto en google+ que escribes en un par de blogs. En cuanto pueda me paso a conocerlos
      Besos

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    2. Gracias por informarme sobre lo de tu relato anterior.

      Cuando quieras puedes pasarte a cualquiera de mis blogs, será un placer recibir tu visita y huellas.

      Muchos besos.

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  10. A pesar del buen primer capítulo, este lo supera con creces, ya que te apoyas en unos diálogos fantásticos, y te lanzas a un tono cómico que resulta muy divertido. Además, me parece genial que hables del mundo de la prostitución sin caer en tremendismos y elijas el tono de anécdota, casi entrañable, para narrar las primeras experiencias de Felicia. Porque, aunque es duro todo lo que le rodea (el tío Fran), como ella nos lo cuenta nos permite sentirnos cercanos a ella. No somos prostitutas y no sabemos como es esa vida, pero podemos reírnos con ella de su episodio, tal y como hace Nelson.
    Un relato espectacular, con aciertos que ya te comenté en el primer capítulo, pero con incluso mejor ritmo (se lee en un suspiro) y un tono de veras delicioso. Efectivamente, no costaba imaginar a López Vázquez o a Landa haciendo de las suyas. Se podría decir que has hecho tu propia visión de la picaresca Española. Eso sí, en vez de Lazarillo tienes a Felicia, que es un personajazo. No la dejes.

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    1. Hace poco, un compañero bloguero comentaba el tópico generalizado por el que, cuando se quería contar una historia con protagonista femenino en una situación dura, el personaje tenía que ser prostituta. Bueno, la verdad es que no sé si yo he caído también en el tópico, pero cuando me planteé la historia, fue pensando en contar algo, no sobre una mujer que hubiese vivido una situación muy dura, sino sobre una prostituta. Porque me parecía un personaje atractivo y que me daba mucho juego, en todos los sentidos, y porque además, podía utilizar un lenguaje que me permitía salirme un poco de lo normal. El resto lo has matizado tú perfectamente. En este caso incluso me permitió hacer ese guiño a la comedia “erótico-festiva” de los ochenta, que me vino de perlas para contar la anécdota porque me estaba imaginando a esos actores en los personajes. Bueno, he de decir además que tengo otro personaje que también es prostituta, sobre el que ya publiqué algo y que volverá por este blog a buen seguro. Y no se parece a Felicia ni por asomo.
      Me alegra mucho leerte Alejandro, ya te he dicho que tus estupendos comentarios son un revulsivo para mí. Espero verte pronto por tu blog. A fin de cuentas, el escritor lo es para siempre, por mucho que haya períodos más o menos creativos.Hasta entonces, un fuerte abrazo

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  11. Me ha encantado. No solo por la sonrisa que he mantenido durante todo el texto, además es que lo bordas en la narración. Se hace tan ágil seguir a esos personajes, hasta me he metido de lleno como si de una peli de López Vázquez se tratase, jeje.
    No hay género literario que se te resista. Precisamente es algo que me encanta al visitarte, no sé que trama me voy a encontrar. ;)
    Un abrazo. =)

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    1. Me alegra mucho tenerte por aquí Soledad y que hayas pasado un buen rato leyendo mi cuento. Precisamente lo que comentas es uno de mi objetivos con este blog, sorprender siempre con algo distinto. aunque bueno ya sabes que muchas veces, no centrarte en un estilo, en un tema, también tiene sus riesgos, porque como dicen, "no tienes un público objetivo". En fin, la verdad es que yo tampoco me lo pienso mucho y escribo lo que me apetece, je, je
      Muchas gracias por estar por aquí
      Un fuerte abrazo

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  12. Ya sé que lo han dicho tus comentaristas, pero hay que repetirlo porque la esencia de este “Mala fama 2” no solo es Felicia, que también, son las referencias sobre el cine que nos habla de toda una época, sin decirlo… ambientas la España de los 60 y 70 porque nos viene a la cabeza inmediatamente esa voz inconfundible de pito tan graciosa de Gracita Morales diciendo: SEÑORIIITOOO…y a Jose Luis López Vázquez con su “SEÑORITA…aquí tiene un servidor, un esclavo, un admirador, un siervo…” y ¡cómo no! comienzas con un Señorita.
    Felizia “aguantando” a ese tipo de hombre españolito tipo Alfredo Landa y sus piropos tan suyos y que las feministas lo condenarían, sin dudarlo, al paredón por machista y desfasao.
    Con esto te contesto a tu comentario en uno de mis capítulos, que hablabas de contextualizar… con la cultura, la literatura, la pintura, los comics o el cine, y eso tú lo haces de maravilla Isidoro.

    La pena es que solo lo comprenderán o sentirán en su globalidad quienes hayan vivido estos años o sean amantes de las pelis retros o aficionados a cine de barrio.

    En los tres relatos un lenguaje muy castizo y de andar por casa (o por la calle) que le pega a fulana y a la “selecta” clientela. Me he reído con ese…o éste va de miranda? Si la puta fuera parisina sería una trottoir o trotadoras de acera, y en vez de mirando voyeur que suena más fino ¡ja! Todo el coloquio entero es para mondarse. Como ya te dije muy de vodevil a lo españó.

    Ha sido divertido Isidoro, los diálogos conseguidos y delirantes.

    Oye, pásate por PROSOPÓN te deje los cuadernos allí¿vale?

    Hasta pronto salao.

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    1. Vaya, pues muchas gracias por todas esas cosas que me has dicho, Isabel. Me dejas diciendo, ¿esto lo he escrito yo?, ja, ja. bueno, está claro que, ni tu ni yo, estamos muy acostumbrados a tanto elogio (lo digo porque no somos autores mediáticos y eso), así que habrá que ir acostumbrándose, ja, ja. Sobre todo tú, cuando publiques tu novela. Porque eso es una novela con todas las de la ley. No sé exactamente por donde voy yo con mi lectura, pero vamos, para cuando termine, a ti ya te han traducido al japonés, ja, jaaaa. Bueno, corto el rollo que este es mi blog, y aquí hemos venido a hablar de mi libro, que diría Umbral (otra cosa que no entendería alguien más joven)
      Lo que me gusta de estos relatos es ponerme en la piel del personaje, hablar por su boca, pensar con su mente. sí, ya sé que, en este caso, resulta un tanto esperpéntico y todo eso, pero me hace gracia utilizar ese deje castizo y expresiones más "mundanas"
      Oye, no sabía que a una fulana de la calle en París se la llamase "trottoir", muchas gracias por decírmelo, cést magnifique
      Besos, nos leemos pronto

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    2. jejje si si es verdad, aquí hemos venido a hablar de tu libro. Lo de trotadoras de acera me parece acertado por el oficio que ejercen.
      Claro que te has puesto en la piel del personaje, siempre lo haces y amoldas el lenguaje a la boca que toca para hacerla creíble.
      Pues hablando de mi libro...a ver si hay suertecilla en el concurso...si no te diera tiempo a leerlo antes de borrarlo (ponerlo en borradores para no perder vuestros magníficos y cariñosos comentarios)te lo mando a tu correo que supongo.
      está en tu perfil, y si no te lo pediré.
      Nos vemos pronto Isidoro.

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    3. Pues te deseo toda la suerte del mundo. Y te agradezco mucho el detalle Isabel. No sé si mi correo figura en el perfil (supongo que sí), pero si no, dímelo cuando vayas a borrar y te mando la dirección.
      Seguimos aquí. Un beso muy grande

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  13. Isidoro en este relato me he reido mucho. Qué ocurrencia llevar a la Felicia a una residencia, muy bueno, anécdotas de residencias. Si yo podría contar las ocurrencias que tienen los residentes nuestros, que los hay viejos verdes. ¡Ufff. Saltarían chispas!

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    1. Ya me lo imagino, ja jaaaa. Yo me inspiré en esas viejas pelis de los ochenta, con Alfredo Landa y los demás. Les hubiera ido el papel que ni anillo al dedo
      Muchísimas gracias por el intensivo que te has dado con mi blog, por tus palabras, tu amabilidad y tu tiempo. Me alegro que te haya compensado con un rato divertido. Muchos besos Mamen

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